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Infecciones intrahospitalarias: un mal que decrece en Chile

Nosocomial infections: a disease that decreases in Chile

La infección intrahospitalaria es la complicación más frecuente de la atención en estos establecimientos, y por ello se hace necesario que exista un área especializada que se preocupe de prevenir. Por la misma razón, el Ministerio de salud tiene una unidad, tanto en los hospitales, como en El Ministerio, que está dirigida por enfermeras.

En el Hospital El Salvador, base del área metropolitana oriente, la enfermera Laura Araya está a cargo del Programa de Infecciones Intrahospitalarias y es secundada por su colega, Ana María Demetrio. Ambas coinciden en que las funciones de esta oficina son consideradas muy relevantes, porque se preocupa de prevenir las complicaciones infecciosas relacionadas con la atención clínica y también vigila lo que ocurre con el personal. Su tarea es hacer el diagnóstico epidemiológico y evaluarlo.

Aquí, dice Ana María Demetrio, la Enfermera es el pilar fundamental del programa y lo importante es que tenga espíritu de líder. Además debe dominar la especialidad de epidemiología, saber estadística, manejar bien el tema del control de infecciones.

Laura Araya, agrega que ella por ser la profesional más antigua no recibió en la Universidad las herramientas para esta tarea, debió conseguirlas en un post grado, en el Servicio de Salud. Si bien reconoce que hoy se tiene mayor preocupación, las enfermeras que llegan con un post grado, aún vienen deficitarias. Para optar al cargo de supervisor paramédico, la Administración Pública exige que se tenga un curso de Control de Infecciones, de 80 horas.

Programa multidisciplinario

El programa de infecciones intrahospitalarias es un programa nacional. Se inició en la década de los 80, recogiendo la experiencia del modelo norteamericano. ¿Por qué la especialidad se organizó con una enfermera? Es el único profesional que tiene una visión integral del paciente, que no la tiene el médico, ni la matrona, ni el tecnólogo médico. La enfermera tiene su área propia; biopsicosocial. Y esa capacidad, la enriquece con la especialidad de epidemiología. Este es un programa multidisciplinario que integra al médico, matronas, y tecnólogos médicos; pero es la enfermera quien los coordina.

Por eso es que se requiere que tenga capacidad de líder. De otra manera no podría coordinar a profesionales diversos. Aquí se rompe con la cuestión sociocultural de que siempre el médico es el jefe. Sí la enfermera de control de infecciones domina su especialidad, sí tiene cualidades de líder, sí está permanentemente actualizándose, se gana con prontitud el respeto de todo el equipo. A nivel del hospital la enfermera jefe del Programa de Control de Infecciones está en el organigrama, al mismo nivel que el Jefe de Enfermería.

El 10 por ciento se infecta

La enfermera Pola Brenner, es la Jefa de la Unidad de Control de Infecciones Intrahospitalarias del Ministerio de salud. Dos son las preocupaciones centrales que atienden. Las infecciones propiamente tales, y la Medicina transfusional. El primer punto data desde 1983 y se preocupa de cuatro aspectos.

La primera tarea, es tener un diagnóstico actualizado de la magnitud del problema en el ámbito nacional. Luego elaborar una normativa que recomiende prevención y control. Después, evaluar de qué manera se están cumpliendo las normativas. Todo esto se realiza a través de un programa que se llama Acreditación de Hospitales, donde existe una comisión que dirige desde el Ministerio, y que va a los establecimientos en forma periódica y que inspecciona lo que está ocurriendo.

Pola Brenner, menciona que los estudios demuestran que entre el 8 y el 10 por ciento de los pacientes que egresan de los hospitales, adquieren una infección intrahospitalaria, y esa realidad pone el tema como una de las principales complicaciones en el ámbito de estos recintos. En general, está claro que si se hacen bien las cosas, esta complicación puede prevenirse. Es un problema que hay que atender, porque además de severo causa morbilidad. Resulta un contrasentido que un paciente se hospitalice para curarse y se enferme aún más, como consecuencia de la atención que recibe.

La mortalidad de quienes se contagian es de un 6 al 10 por ciento de los infectados, lo que significa que en Chile anualmente se produzcan entre 3 mil a 6 mil muertes por esta causa. Existe la constancia, sin embargo, invirtiendo muy poco se puede prevenir entre un 30 a un 50 por ciento de estas cifras. Siempre hay un riesgo impredecible emanado del deterioro con que llegan los propios pacientes. Por esta razón, el tema amerita una preocupación especial del Estado.

Evitar el contagio

En el hospital El Salvador, comenta Ana María Demetrio, hay una permanente actitud de vigilancia, desarrollando todos los instrumentos para prevenir infecciones. Reconoce también que hay un porcentaje mínimo que no es previsible. El cargo de Jefa del Programa tiene una importancia no sólo para quien lo ejerce sino también para el hospital. "Si falla el médico, el programa no peligra, pero si la enfermera fracasa, el programa desaparece". Por eso es que las medidas convertidas en normas, están en permanente control, y se difunden a través de capacitaciones. Se observa y vigila el estado epidemiológico, el lavado clínico de las manos, la recolección de información a través de las fichas de los pacientes, se previene el contagio del personal, se está atento a las inmunizaciones. El diagnóstico es muy importante para controlar los factores de riesgo. Este departamento está encargado además de informar sobre los montos que el hospital se ahorraría, si la prevención fuera exitosa.

El problema decrece

La enfermera Pola Brenner, informa que Chile es un país pionero en el control de infecciones intrahospitalarias. Es el único país, en el mundo, que tiene un programa en el ámbito nacional y lo mantiene en el tiempo. Ello ha significado que en diez años, se haya producido una disminución de un 30 por ciento, de este problema. Por ejemplo, la endometritis de las parturientas se ha reducido en un 50 por ciento y las infecciones gastrointestinales en otro 50 por ciento. En términos de costos, ello ha significado un ahorro millonario.

En el ámbito nacional, se trabaja con un equipo de 25 funcionarios, los cuales fueron entrenados como Acreditadores y son los que van a los hospitales a inspeccionar. Pola Brenner, está a cargo del Programa y trabaja con el Dr. Oteiza, tanto en Infecciones como en Medicina Transfusional. Aquí se realizan específicamente tareas de enfermería, se trabaja fuertemente con Tecnología Hospitalaria. Se trabaja en equipo. Creo que la profesión de enfermera tiene fortalezas y la profesión de médico tiene las suyas, que aquí se unifican y se potencian para el bien del Programa. "Nosotras, por ejemplo, tenemos una formación mucho más sólida en el campo de la técnica aséptica, de la esterilización, en prácticas de atención, y la Medicina tiene una fortaleza mayor en manejo de medicamentos y en el análisis epidemiológico".

La importancia de la investigación

La enfermera Pola Brenner recomienda a las futuras enfermeras, que se están formando, que se preocupen de esta especialidad que brinda una excelente oportunidad a la profesión y también un tremendo desafío. "Se puede contribuir a la investigación científica, a la Medicina basada en la evidencia". Sin embargo, ésta no es una especialidad a la que se salta, al salir de la Universidad. Dentro de la normativa ministerial, una enfermera para acceder a un puesto en Control de Infecciones, debe primero tener experiencia clínica, sólo así estará capacitada para analizar información, para evaluar, para investigar.