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Centro de enfermería para el adulto mayor: experiencia de la Escuela de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica

Nursing facility for the elderly: experience of the School of Nursing, Catholic University

Este artículo describe el proceso seguido por la Escuela de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica de Chile, (PUC) para implementar un Centro de Enfermería para el Adulto Mayor y las actividades realizadas por este Centro en el primer año de funcionamiento. Se señalan “lecciones aprendidas” con el fin de facilitar la labor a otros grupos de enfermeras que estén interesadas en implementar este tipo de iniciativas.

Actualmente la población mayor de 60 años en nuestro país asciende al 10.7% y se supone que esta cifra se verá duplicada en el año 2018 (Jimenez G. y cols.1995).

Los adultos mayores, tienen mayor riesgo de enfermar, especialmente de patologías crónicas degenerativas. Ellos, en Chile, como en muchos otros países del mundo, se ven enfrentados a una atención de salud fragmentada, de difícil acceso y de alto costo. Por ello se hace urgente el desarrollo de modelos de atención en salud interdisciplinarios e integrales, mas centrados en el “cuidar” que en el “curar”.

Esto plantea nuevos desafíos a la enfermería profesional, la cual debe desarrollar modelos de atención que estén orientados a la promoción y prevención en salud y control de factores que puedan promover la autonomía del adulto mayor, su independencia funcional y su inserción en la familia y sociedad. Estos modelos deben ser evaluados en cuanto a su costo efectividad y el grado de aceptación de los usuarios y sus cuidadores.

A partir de 1998, un grupo de profesionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ha estado laborando un modelo interdisciplinario de atención de salud integral para adultos, mayores de 55 años, que se atienden por FONASA, modalidad “libre elección” en el Centro Médico Alameda de la Red de Salud U.C. Para ello se ha contado con el apoyo financiero de la Dirección de Postrado e Investigación de P.U.C. (DIPUC Nº 97-II/05CE) y de las autoridades de la Facultad de Medicina.

El equipo profesional estaba constituido por 3 enfermeras, 1 geriatra y 1 asistente social. El modelo interdisciplinario, docente asistencial propuesto, da énfasis a la calidad, el costo
efectividad y el autocuidado en salud, siendo su foco de atención el usuario y sus cuidadores.

Para facilitar el acceso de los usuarios a las prestaciones de enfermería y así poder implementar el proyecto propuesto, la Escuela de Enfermería implementó un Centro de Enfermería para el Adulto Mayor, con lo cual los usuarios de FONASA pueden acceder a través de la modalidad libre elección (Diario oficial, 22 de Enero 1997), a los servicios profesionales de enfermería descritas como “Atención Integral del Adulto Mayor en Centros de Enfermería” (código 26-01-001). Para poner en marcha el Centro, enfrentamos una serie de dificultades.

El bono FONASA (código 26-01-001), hasta Febrero de 1999, tenía un valor de $ 21.200 con el cual el adulto mayor tenía derecho a 6 prestaciones de enfermería y a una consulta médica al año. El ingreso unitario por consulta de enfermería era de aproximadamente $ 2.700. A partir del mes de Febrero de 1999 se modifica el Código 26-01-001 (Diario oficial del 8 de Febrero 1999) con lo cual los beneficiarios de FONASA que utilizan la modalidad “libre elección” seguirán teniendo derecho a 6 atenciones de enfermería anuales, pero éstas podrán distribuirse en dos bonos de tres prestaciones cada uno. Además a partir de esa fecha, la compra del bono no incluye la prestación médica, con lo cual el valor de cada prestación de enfermería asciende a $ 3.706.

Aunque estas cifras aún son insuficiente para cubrir los gastos operativos del Centro, la modificación realizada en Febrero 1999 flexibiliza las prestaciones de enfermería, reduce la burocracia y facilita a los adultos mayores el co pago.

Primer año del Centro de Enfermería para el Adulto Mayor

Durante el primer año, se atendieron 123 adultos mayores en el Centro de Enfermería. Para poder conocer en mayor profundidad esta población, se tomó una muestra consecutiva de 83 consultantes, a quienes se les realizaron entrevistas estructuradas.

Del grupo entrevistado, 84,3% eran mujeres y 15,7% eran varones; 91,6% tenía 65 años y más. La mayoría provenía de las Comunas de Santiago, Estación Central y Maipú. Su ingreso promedio mensual era de $ 93.000, siendo la mediana de $ 60.000.

Este ingreso provenía de jubilación y/o dinero aportado en forma estable por familiares o personas significativas. 69,8% de la muestra gastaba en medicamentos un promedio mensual de
$ 7.500; y el 30,2% restante refería gastos mayores a este monto.

Cabe señalar que estas cifras no incluían los gastos generados por exámenes de laboratorio, ni consultas médicas y dentales o compra de anteojos, audífonos u otros. Estos antecedentes demuestran que existe una limitación económica seria para que los adultos mayores puedan aumentar sus gastos en salud.

Este pequeño estudio avala la necesidad de desarrollar modelos de atención más integrales, a través de los cuales se pueda mejorar la eficiencia de prestaciones de salud, incluyendo actividades dirigidas a fortalecer las conductas de autocuidado para prevenir complicaciones y factores de riesgo, para retrasar la aparición de enfermedades, promover el uso oportuno de los servicios de salud y reducir las hospitalizaciones.

Para facilitar la accesibilidad a este Centro de Enfermería, la Escuela de Enfermería asumió el co pago de los adultos mayores interesados de atenderse allí. Esto ha permitido flexibilizar las atenciones de enfermería de acuerdo a las necesidades específicas de cada uno de los consultantes, las que pueden variar en frecuencia y duración.

Durante el primer año de funcionamiento, el equipo interdisciplinario inició el diseño de protocolos para prevenir los riesgos mas prevalentes en la población atendida. Estos estuvieron dirigidos a mejorar el compromiso de los usuarios con su tratamiento medicamentoso y prevenir riesgos de caídas. Se diseñaron y probaron materiales educativos y se organizaron tres encuentros grupales para los adultos mayores y sus familiares. Complementariamente, alumnos de enfermería realizaron visitas domiciliarias para recolectar y validar información relacionada con estos dos problemas.

Se efectuaron tres Encuentros grupales con los adultos mayores, sus familiares más cercanos y sus cuidadores para promover la interacción social y la educación de grupo. En éstos, se profundizaron temas tales como; Envejecimiento activo; autocuidado y estilos de vida saludables; prevención de caídas; beneficios sociales; higienización del sueño.

El proyecto contó con la asesoría permanente de una profesora de la Escuela de Trabajo Social, quien estaba disponible telefónicamente, en los horarios de atención de la enfermera, con el fin de otorgar asesoría con relación a aspectos de su competencia. Esta iniciativa también fue enriquecida con la participación de tres grupos de alumnos de enfermería, quienes realizaron sus tesis en el Centro, estudiando conductas relacionadas con tratamiento farmacológico (Mazo P. Busquet P. 1999;) Perfil biodemográfico de los adultos mayores del Centro respecto a la atención interdisciplinaria (Contreras A., Herrera M.I. 1999).

Lecciones aprendidas

  • La mejor forma para lograr que los adultos mayores aprendan lo que un Centro de enfermería para el Adulto Mayor les puede ofrecer, es trabajar en un equipo interdisciplinario, con médicos que valoren los aportes de la enfermera profesional en materias de promoción, prevención, consejería y educación para el autocuidado. Es el médico quien con mayor facilidad puede ayudar a legitimar, frente a los pacientes y familiares, la contribución particular de la enfermera a la atención de salud integral del adulto mayor.
  • Al trabajar con adultos mayores es fundamental planificar e implementar programas específicos de educación para el autocuidado y utilizar la relación de ayuda como estrategia de apoyo para ellos y sus cuidadores. El seguimiento telefónico, con objetivos específicos y adecuadamente planificado, es un método complementario costo efectivo para la atención de este grupo etáreo.
  • Por las características biosicosociales de los adultos mayores con previsión de FONASA nivel B-C y D, parece imprescindible que las prestaciones de enfermería sean financiadas en su totalidad por FONASA (sin co-pago por parte de los usuarios). Así ellos podrán acceder a aquellas prestaciones preventivas que según la literatura contribuyen a reducir hospitalizaciones, prevenir factores de riesgo y prevenir o retrasar la dependencia e invalidez en los adultos mayores. (Kreidler M. y cols.1994).
  • Las actividades grupales sirven para educar a adultos mayores y cuidadores, pero su mayor valor es proveer un espacio de interacción social y participación. Además fortalecen los lazos afectivos con el equipo profesional y su compromiso con el Programa.

Conclusión

El Centro de Enfermería para el Adulto Mayor de la PUC será un excelente espacio para lograr integración entre docencia y servicio y como campo para el desarrollo de nuevos modelos de gestión en enfermería. Tiene además un inmenso potencial para el desarrollo de investigaciones tanto de enfermería como interdisciplinarias. Sin embargo, es indispensable que enfermería desarrolle un plan estratégico, que incluya su presencia en los medios de comunicación masiva, para lograr la motivación de la población por acceder a servicios preventivos y de mantención de la salud, como aquellos que se ofrecen en este Centro. Las enfermeras tenemos el desafío de evaluar nuestro quehacer y demostrar cómo las consultas de enfermería mejoran la calidad, integralidad y costo efectividad de la atención de salud.