Acta de reunión clínica

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Séptimo estudio nacional de drogas en población escolar de Chile (8º básico a 4º medio) 2007

Seventh National Narcotic Survey in the school population of Chile (8th grade through 12th grade), 2007

Resumen

Este texto completo es la transcripción editada y revisada de una conferencia dictada en el marco de las reuniones clínicas de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile. La publicación de estas actas científicas ha sido posible gracias a una colaboración editorial entre Medwave y la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, cuya directora es la Dra. Graciela Rojas.

Introducción

El séptimo estudio de uso de drogas en población escolar se realizó en el año 2007 en alumnos de octavo año básico a cuarto año medio de colegios municipalizados, particulares-subvencionados y particulares de 91 comunas de Chile, las mismas que aportan las muestras utilizadas en todos los estudios de drogas de CONACE. Las características y tamaño de la muestra, así como los protocolos de aplicación del estudio son similares a los del cuarto, quinto y sexto estudios nacionales de drogas en población escolar, realizados en 2001, 2003 y 2005 respectivamente.

Consumo de marihuana y otras drogas en población escolar

La tendencia de prevalencia de último año de consumo de marihuana en población escolar se mantuvo estable entre los años 2001 y 2007, con cifras cercanas a 15%. No obstante al analizar los datos se aprecia que en primer año medio hubo un aumento estadísticamente significativo de 2,7 puntos porcentuales, que fue compensado por un descenso también significativo de 3,6 puntos en cuarto año medio. Por otra parte se observa un aumento del consumo de marihuana de octavo año básico a primer año medio y el ascenso continúa hacia el cuarto año medio (Tabla I).

Tendencia en la prevalencia de último año de consumo de marihuana.
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La prevalencia de último año de consumo de clorhidrato de cocaína también se mantuvo constante entre 2003 y 2007, alrededor de 3%, al igual que la prevalencia de consumo de pasta base (2,5%) y de otras drogas como: MDMA-éxtasis; alucinógenos; estimulantes; inhalables (neoprén, tolueno, éter, acetona, poppers y pinturas); crack y heroína, con valores inferiores a 2%. En el caso de la heroína, cabe destacar que el consumo es muy abajo en la población escolar.

Consumo de tabaco en población escolar

El consumo de tabaco tuvo una caída significativa en 2007 con respecto al estudio del año 2005, desde 42,2% a 35,4%, coincidiendo con la promulgación de la nueva Ley del Tabaco que entró en vigencia en agosto de 2006, que además generó divulgación y discusión sobre el tema. (Fig. 1).

Tendencia de prevalencia en el consumo de tabaco según sexo, curso y tipo de establecimiento educacional.
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La disminución del consumo de tabaco no tuvo diferencias por sexo, curso o tipo de establecimiento, obteniéndose en todos los casos los registros más bajos de toda la serie de estudios de CONACE. No obstante el consumo de tabaco en escolares es demasiado alto, alrededor de 35,4% y la tendencia de consumo es algo mayor en mujeres (37,9%) que en hombres (32,8%), como se aprecia en la Tabla II.

Tendencia de prevalencia en el consumo de tabaco según sexo, curso y tipo de establecimiento educacional.
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Consumo de alcohol en población escolar

El consumo de alcohol mostró cierta tendencia a la disminución, pero en el año 2007 se encontró que 37,9% de la población escolar total consume alcohol, cifra demasiado alta, más aún en colegios privados donde supera el 50%. Al desglosar los datos por sexo se encontró que el consumo se mantuvo estable en hombres y aumentó en mujeres. Estos resultados alertaron a las entidades correspondientes, ya que el deterioro psicosocial de las mujeres es mucho mayor que el que se observa en hombres (Tabla III).

Tendencia en el consumo de alcohol según sexo, curso y tipo de establecimiento educacional.
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Se habla de uso intensivo de alcohol cuando la persona ha ingerido esta sustancia por 10 ó más días durante los últimos 30 días; el valor de este parámetro se mantuvo estable entre 2003 y 2007, alcanzando a 9% de la población escolar (Fig. 2).

Tendencia del uso intensivo de alcohol entre 2003 y 2007.
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En cambio, el abuso de alcohol se establece cuando la persona ingiere 5 ó más vasos en un salida habitual y su cifra también se mantuvo constante entre 2005 y 2007, con 12% de la población escolar (Fig. 3).

Evolución del abuso de alcohol según sexo y curso.
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La percepción del riesgo del consumo de marihuana y cocaína mostró una fuerte caída, con cifras entre 30% y 40% en escolares, lo que ha llevado a focalizar las políticas sobre uso de estas drogas; en tanto que la percepción de riesgo del abuso de tabaco y de alcohol ha crecido significativamente (Tabla IV).

Tendencia de la percepción de riesgo ante consumo de marihuana, cocaína, tabaco y alcohol. Proporción que declara percibir “un riesgo grande”.
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Las principales medidas con respecto a la marihuana se enfocan en derribar mitos tales como que la marihuana carece de poder adictivo, que el uso experimental no tiene implicancias y que la norma entre los jóvenes es usar marihuana. En colegios municipalizados y particulares subvencionados no hay noción sobre la capacidad adictiva de la marihuana y en los colegios privados se cree que el uso experimental no tiene implicancias; por esto es necesario dirigir las campañas de prevención a los puntos señalados según el tipo de colegio. En todos los grupos se ha notado un incremento en la percepción de que todos los jóvenes consumen marihuana.

La tendencia de la oferta directa de drogas en los 30 días previos a la realización de la encuesta aumentó, especialmente en lo que se refiere a la marihuana, mientras que la percepción de facilidad de acceso a las drogas se mantuvo estable, aunque se considera que la marihuana es la de más fácil acceso. Por otra parte la percepción del uso, porte y tráfico de drogas, entendido como la proporción que declara que hay estudiantes que transportan, prueban o transfieren drogas en el colegio o los alrededores de éste, o bien, estudiantes que han contemplado personalmente la venta, traspaso o consumo de droga por otros estudiantes en el colegio o sus alrededores, aumentó significativamente en el último estudio, salvo la venta de drogas en el colegio o sus alrededores que se mantuvo invariable (Tabla V).

Tendencia en la percepción de uso, porte y tráfico de drogas en el colegio.
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La oferta de marihuana por parte de amigos creció significativamente entre los adolescentes, independiente del sexo, curso y tipo de colegio. El mayor aumento se observó en adolescentes que asisten a colegios particulares. Los principales lugares de oferta de drogas a los escolares son fiestas, juntas, discotecas y recitales. Con base en estos datos CONACE instaló equipos de prevención de cinco o seis personas en los lugares de reunión de los jóvenes. La prevalencia de consumo de cocaína y marihuana en el último año según indicadores de involucramiento parental demostró que los padres muy involucrados con sus hijos los protegen del consumo; tales indicadores son: los padres conocen la ubicación de sus hijos, está atentos a lo que éstos hacen en el colegio y conocen a sus amigos (Fig. 4).

Prevalencia de consumo de cocaína y marihuana en el último año según indicadores de involucramiento parental.
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Además existe una estrecha relación entre el consumo de cocaína y marihuana, por una parte y la agresión escolar, por otra: los estudiantes que consumen marihuana pertenecen a grupos dedicados a molestar o agredir a compañeros solos, o bien han robado algo a personas en el colegio, con mucha más frecuencia que los escolares no consumidores.

La integración escolar es una variable importante en el consumo de drogas; en este estudio se demostró que una baja integración aumenta mucho la probabilidad de consumir drogas. Para evaluar este aspecto se preguntó a los alumnos si acuden o no contentos al colegio, si se sienten parte de éste y cuántas veces ha faltado a clases sin necesidad durante el año (“hacer la cimarra”). Asimismo, el rendimiento escolar es otro factor que incide claramente en el consumo de drogas: los estudiantes con bajos promedios tienen mayor tasa de consumo que los que tienen buen rendimiento (Fig. 5).

Prevalencia de último año de consumo de marihuana y cocaína según rendimiento escolar.
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Es posible apreciar una estrecha relación entre el consumo de marihuana y el abuso de alcohol y tabaco entre los adolescentes, lo que sugiere que el consumo de estas sustancias puede ser la puerta de entrada al uso de drogas duras, especialmente cocaína. Por otra parte los estudiantes que ingieren alcohol están más expuestos que los no consumidores a los siguientes riesgos: permanecer en casas de amigos sin dejar constancia, asistir a varias fiestas los fines de semana, regresar solos desde una fiesta, beber alcohol en la vía pública, realizar fiestas en casas sin la presencia de adultos y tratar de ingresar a una fiesta a la que no han sido invitados. Además los escolares que consumen marihuana están más expuestas a tener dificultades con la policía, a sufrir trasgresiones sexuales o inflingirlas a terceros, a autoinflingirse heridas o a pensar seriamente en el suicidio.

Escenario en regiones

En regiones la prevalencia de consumo y la exposición a oferta de marihuana han permanecido estables, salvo en la quinta región donde se observa una disminución de la oferta en comparación con la prevalencia de consumo (Fig. 6).

Prevalencia de consumo y exposición a ofertas de marihuana en último año, por región.
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Por otra parte el análisis de la prevalencia de consumo y exposición a ofertas de cocaína y pasta base en el último año, por región, muestra que en la región metropolitana hubo mayor oferta y mayor consumo, mientras que en Arica y Paranicota la oferta fue mayor que el consumo (Fig. 7).

Prevalencia de consumo y exposición a ofertas de cocaína y pasta base según regiones.
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Finalmente, el consumo de marihuana aumentó significativamente en la segunda región, de Antofagasta, desde 12% a 17% entre 2005 y 2007 (Fig. 8).

Evolución del consumo de marihuana entre 2005 y 2007, según prevalencia por regiones.
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Conclusiones

  • El esfuerzo realizado ha permitido contener el fenómeno de las drogas, pero como país es necesario realizar mejores acciones para continuar avanzando.
  • Como sociedad, se presenta el desafío de que es necesario acentuar el trabajo para proteger a los adolescentes y a los sectores socioeconómicos más vulnerables.
  • La ciudadanía ha demostrado privilegiar la prevención y el tratamiento de drogas, lo que evidencia que las personas están dispuestas a asumir conductas más responsables en la solución de este problema.
  • La ciudadanía y el gobierno en conjunto cuentan con las condiciones para abordar en forma eficaz la problemática de las drogas.

Fuente

Séptimo estudio nacional de drogas en población escolar de Chile (octavo básico a cuarto medio), 2007. Ministerio del Interior, CONACE, Chile. www.conacedrogas.cl