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¿Qué hacer en caso de demanda?

What to do in case of demand?

Resumen

La publicación de las Actas de las Reuniones Científicas de la Sociedad de Anestesiología de Chile ha sido posible gracias a una colaboración editorial entre Medwave y la Sociedad.

Introducción

El problema de la demanda médica no está ya tan lejos de nosotros. ¿Qué hacer en caso de demanda? La verdad es que la respuesta es muy fácil: lo mismo que una haría si necesitara ser anestesiada; lógicamente, conversaría con un anestesista.

Entonces, si a un médico lo demandan, lo que debe hacer es conversar con un abogado. Es así de simple. Pretender tomar iniciativas personales, particulares, pretender hacer algo en el tribunal, hacer algo respecto al paciente, querer guiarse solo frente a un policía de investigaciones, no es posible. Así como el paciente no puede calmar su dolor, sanar sus enfermedades o darse anestesia, si a un médico le hacen una demanda, debe recurrir a un abogado.

¿Qué abogado?
La decisión es personal y las alternativas son todas las que se pueden contactar por medio de las páginas amarillas, en Internet y los abogados que estén más cerca del domicilio del demandado; las sociedades médicas dan la posibilidad de canalizar y entregar un abogado especialista que sea socio; la institución FALMED del Colegio Médico también es una alternativa, pero, en definitiva, es preciso acudir a un profesional especialista y que puede ayudar en un asunto que el médico no puede manejar, porque no tiene los conocimientos y porque es el afectado. El afectado pierde la objetividad, el sentido práctico, pierde la capacidad de actuar sobre seguro y por lo tanto no puede resolver el problema.

En este sentido, la primera reflexión que se debe saber es qué significa ser demandado y cuándo se está demandado, en lo cual no hay claridad absoluta. Luego de nueve años de trabajo en la Fundación, lo más desconcertante es que aún me enfrento a situaciones en que alguien me dice: “Me llegó una citación en un papel roneo roñoso, escrito a mano, de que tengo que ir al tribunal bajo procedimiento legal a primera audiencia, pero yo no tengo ningún juicio, sin embargo estoy citado a declarar.” Entonces yo debo decirle: “Doctor, usted tiene un juicio, ese es el anuncio de un juicio que ya empezó.” Otros médicos me dicen: “Me surgió la duda porque hace unos meses fui a declarar a un tribunal”. Piensan que es un trámite muy sencillo, como dar una certificación de lesiones; sin embargo, cuando llega otra citación y le informan que está sometido a proceso, encargado reo, como dicen en la prensa, quedan desconcertados.

Diferencia entre juicio y demanda médica
Entonces se debe dejar muy en claro lo que es un juicio y lo que es una demanda. La verdad es que, al ser demandado civilmente, llega una citación personal de una o dos páginas, en que hay una persona identificada que está actuando en su contra y solicitando indemnización, de carácter económico por lo general. Esta citación la entrega, en forma personal, un receptor oficial que es un ministro de fe del tribunal y es bastante simple darse cuenta de eso. En cambio, en la rama criminal encontramos pequeños papeles de citación, al médico lo sorprenden en su actividad hospitalaria o lo llama por teléfono un detective que está investigando, porque hay un juicio en relación con la atención de un paciente, y el médico pregunta quién es el paciente y se le dice que tal cirujano la operó y que la paciente murió. El médico puede responder:“Ah, sí, yo fui el anestesista, pero todo fue normal y la paciente de hecho falleció por un problema en la post anestesia.” Y el detective le dirá: “Eso es todo lo que quería saber”, pero esa frase se consigna como declaración policial del médico en un parte. El médico contesta así, como colaborando con los tribunales, pero la verdad es que cualquier opinión que se diga en juicio, al juez, al carabinero, o a cualquiera que esté investigando, puede ser utilizada. De lo anterior vemos que una persona no puede actuar en forma ingenua, creyendo colaborar con la justicia, porque eso no se considera como aporte sino que es parte de la investigación. Por eso es importante que todos conozcan el tema.

Muchas veces se sorprende a los médicos en los pasillos de los hospitales, donde responden dos o tres preguntas muy a la pasada y ni siquiera se dan cuenta de lo que dicen, y eso ya es parte oficial en un juicio, puede estar envuelto en un juicio en forma directa y personal.

Nueva reforma procesal
El tema es más complejo aún cuando hablamos del nuevo proceso penal que llega a Santiago de Chile durante el 2004 o 2005. Los fiscales solicitarán que los médicos presten declaraciones respecto a alguna investigación y esto será mucho más complicado, porque ya esta invitación no será a conversar con un ente que puede ser un tribunal objetivo e imparcial que analiza la situación y trata de descubrir la verdad. Al hablar con el fiscal, el médico está hablando con una persona con disposición inquisitiva que ya ha tomado parte del juicio a favor de la víctima, como si hoy día habláramos nosotros con el abogado de la contraparte o del paciente. Esto debe estar muy claro, ya que de no hacerlo así se pueden tener muchas dificultades.

¿Cuándo recurrir a un abogado?
Ahora, si el tema es muy complicado, el médico dice: “Yo no necesito la asistencia de un abogado, porque siento que la verdad es que yo no hice nada, esto fue problema del cirujano, yo hice lo que tenía que hacer, la muerte fue posterior.” Esa es la situación tal cual la ve el médico desde su punto de vista, pero no coincide forzosamente con la evaluación del tribunal o de la fiscalía, porque puede aparecer un juicio dirigido en contra del cirujano por un episodio netamente quirúrgico, pero existe la capacidad en los tribunales de investigar todas las atenciones médicas con respecto a un paciente, para ver si ellas fueron adecuadas o si pudieron contribuir al daño que se reclama, sin que el médico lo perciba; de manera que también es parte del problema.

¿Cómo se puede definir eso?
Volvemos al punto de partida, recurriendo al abogado que puede darle al médico un análisis mucho más objetivo y puede interpretar mejor lo que señala el tribunal. Qué es lo que se cuestiona y a qué es lo que está expuesto el médico. En esto no cabe la ingenuidad ni la egolatría.

Sumarios administrativos
Hay procesos criminales que están actualmente vigentes y procesos civiles, pero hay además otros procesos, que son los administrativos. Estos son investigaciones dentro del hospital y muchos piensan que se trata sólo de un trámite, pero ha ocurrido en los distintos servicios de salud actualmente, que después de los sumarios administrativos, algún médico del servicio de salud pierde su puesto, porque las autoridades de las instituciones piensan que, de alguna manera, es la forma de reparar la responsabilidad institucional, entregando a algún culpable. Hoy los sumarios administrativos son mucho más inquisitivos, pretenden encontrar a alguien a quien sancionar y ajusticiar por cuestiones que las mismas autoridades conocen y señalan que “ustedes están obligados a trabajar de esa manera”, y se le pone una medida de protección a quien está ajeno a los mismos recursos que se les entrega. Por ejemplo, todos los problemas que hemos tenido en la V Región con el Servicio de Salud de Viña del Mar, que abarca Valparaíso y San Antonio, es una muestra de la realidad de los sumarios administrativos, en que hay una presión tremenda hacia los médicos para sancionarlos. Esto se ve en Santiago y en todo Chile.

Se puede llegar a una conclusión cierta e inequívoca de que hay una instrucción de la autoridad superior acerca de cómo hacer la política para manejar estos asuntos y ocurre muchas veces que los fiscales que deberían sobreseer estas causas administrativas reciben la instrucción y recomendación, con frecuencia de los departamentos jurídicos o de la dirección del servicio, en el sentido de que tienen que culpar a alguien. No obstante, no podemos subestimar la trascendencia que tengan estos sumarios administrativos. El médico dice: “Bueno, ¿qué es lo peor que me puede pasar? Que me echen”, pero puede ser que además de que lo echen va a quedar imposibilitado de acceder a los servicios públicos durante cinco años. Peor que eso es que la decisión puede ser muy injusta y el tribunal puede interpretarla como que el afectado es el autor de los hechos y pueden llamar ya sea a un delito o que el afectado tenga que pagar una indemnización que el tribunal determine que sea en beneficio del paciente.

Estos sumarios administrativos no quedan abandonados en el hospital, sino que pueden llegar a ser uno de los primeros antecedentes que se piden en los tribunales, tanto en los juicios civiles como en los criminales, porque la óptica que tienen los jueces es que si los actos fueron sancionados en una institución, no están bien. Entonces hay que cuidarse mucho más en estos sumarios.

Un ejemplo de esta situación bastante dramática, que puede ocurrir en cualquier parte del país, fue lo que sucedió en un hospital donde había pocos funcionarios de pabellones, un solo anestesista, con una exigencia de rendimiento, a nivel de las cirugías oftalmológica e infantil, que debían funcionar con tres pabellones. Se había pedido en distintas oportunidades la provisión de un equipo en sala de recuperación, que no se había colocado. Tampoco se provisionó un cargo de auxiliar o enfermera que también se había solicitado, para el funcionamiento del pabellón con un solo anestesista. Debían seguir funcionando, porque si nó no cumplían con las metas de labor quirúrgica que tenían establecidas. En una de estas actividades, funcionando los tres pabellones al mismo tiempo, se produjo una complicación con un paciente menor de edad que además era hijo de un funcionario: el paciente tuvo un paro cardiorrespiratorio en la sala de recuperación, la que no contaba con ningún tipo de vigilancia, porque en las tres auxiliares estaban repartidas las funciones del pabellón, ya que tampoco había tres arsenaleras. Fue una situación bastante límite y la indicación que dio la autoridad del área fue que se formularan cargos contra la anestesista, que a su vez era la Jefe de Pabellón, porque si bien, cuando ocurrió el paro, ella no estaba, porque estaba en los tres pabellones al mismo tiempo y tampoco podía estar en la sala de recuperación, era la responsable de haber permitido que funcionara esta anomalía. La situación derivó en un juicio criminal que se siguió en contra de la doctora y supuesta responsable.

Ahora, lo curioso es que luego de toda esta exigencia desde las autoridades del servicio con relación al rendimiento del Hospital, cuando ocurrió este episodio, se cerró un pabellón definitivamente, el otro se dejó de urgencia y se hizo funcionar el hospital con sólo un pabellón porque no había tanta demanda quirúrgica.

Hay otro aspecto de lo que es demanda, que a veces no es demanda propiamente tal, sin embargo puede llegar a ser demanda. Los médicos se dan cuenta, saben cuando el resultado excedió el margen de lo razonable, aceptable o tolerable para el paciente o la familia. Saben que detrás puede venir una cuenta importante, saben que ya se produjo un conflicto entre cirujano y médicos, saben que hay todo un cuestionamiento interno dentro de la misma área de pabellones. Este es también el momento de buscar la asesoría de un abogado, porque hay medidas que se pueden adoptar en ese minuto, resguardar la información, establecer quiénes son realmente los protagonistas de todos los hechos. Cuando ocurren los episodios, todo el personal tiene muy claro quiénes eran los que participaron, se acuerda de todo, con tiempos precisos, etc, pero al mes ya nadie se acuerda y, al año, puede incluso no recordar el hecho mismo. Hay situaciones que se deben dejar fijas, con medidas de resguardo, y cuando la situación se complica, y aunque se hagan bien las cosas, no resultan, también eso debe quedar estipulado.

Es el momento de tratar de buscar una solución con el paciente, con la familia cuando la hay, y así evitar un conflicto que puede tomar una dimensión que no se puede prever. En esta situación, el problema no es saber si me demandan, sino saber cuándo estoy realmente en un problema y necesito al abogado.

Ahora, el abogado va a entregar al médico las directrices y le va a explicar en lo que está, cuáles son los riesgos a los cuales estaría expuesto y cuáles son las medidas que debería adoptar. Porque, en esto, el médico no puede estar solo.