Carta a la editora

← vista completa

Cannabinoides y dolor oncológico: algunas consideraciones

Cannabinoids and cancer pain: some considerations

Señora editora:

Hemos leído con interés el artículo de Lobos Urbina y Peña Durán (Medwave 2016;16(Suppl3):e6539 doi: 10.5867/medwave.2016.6539) [1]. El dolor oncológico es un síntoma complejo y su control es influido por varios factores: mecanismo del dolor (neuropático versus no neuropático),  características del dolor (continuo versus incidental), dosis previas de opioides, función cognitiva, distrés psicológico, tolerancia e historia de consumo de alcohol y drogas [2]. La mayoría de los ensayos citados en este artículo no controlaron estas variables.

Datos pre-clínicos sugieren la utilidad de los cannabinoides en el tratamiento del dolor [3]. La evidencia clínica ha reportado su utilidad en el tratamiento del dolor crónico, de carácter neuropático y refractario a tratamientos analgésicos de primera línea [4]. En las revisiones sistemáticas y meta-análisis publicados, los pacientes con dolor oncológico se encuentran heterogéneamente representados respecto a otras  condiciones dolorosas no neoplásicas, los resultados más alentadores se han reportado en el tratamiento del dolor neuropático post quimioterapia y en dolor irruptivo [5],[6].

La presencia de efectos adversos ha sido uno de los argumentos más esgrimidos en contra del uso de los cannabinoides en el tratamiento del dolor oncológico, aunque otros fármacos ampliamente utilizados con el mismo fin tienen también importantes efectos adversos. De este modo, la valoración del riesgo/beneficio de los cannabinoides debería contemplarse dentro del contexto más amplio del riesgo/beneficio de otros agentes.

Actualmente, los cannabinoides no pueden ser considerados como fármacos de primera línea para el tratamiento del dolor ni para todos los tipos de dolor oncológico, existen otros fármacos y tratamientos probadamente efectivos y de primera elección. Sin embargo, hasta un 20% de pacientes presentará un dolor refractario a pesar del tratamiento óptimo.

Los autores afirman que cualquier efecto analgésico de los cannabinoides sería pequeño y que debido al balance riesgo/beneficio, pacientes y tratantes deberían inclinarse en contra de su utilización. Esta es una afirmación aventurada, pues los autores reconocen la alta probabilidad de que las conclusiones de su trabajo cambien. Si existe evidencia que sugiere la utilidad de los cannabinoides en un contexto específico ¿Por qué tendría que inclinarse el médico en contra de esta? ¿Por qué habríamos de renunciar a seguir explorando su rol en pacientes oncológicos sin muchas más opciones, especialmente en el contexto de estudios clínicos cooperativos y bien diseñados?

Valoramos que, mediante este trabajo, se visibilice esta discusión sobre todo atendiendo a la connotación que ha adquirido el uso medicinal de la cannabis en la sociedad y a la reciente autorización del Instituto de Salud Pública para comercializar el compuesto Sativex ® en Chile.

Notas

Conflictos de intereses
El autor declara no tener ningún conflicto de intereses.

Financiamiento
El autor declara no haber recibido ninguna financiación para la realización de este trabajo.