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Abuso y maltrato en el anciano: experiencia en 800 casos

Abuse and neglect in the elderly: experience in 800 cases

Resumen

Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del IV Congreso Latinoamericano de Geriatría y Gerontología, Simposio: Abuso y Maltrato, realizado en Santiago entre los días 3 al 6 de septiembre de 2003. El evento fue organizado por la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, el Comité Latinoamericano de Geriatría (COMLAT) y la Asociación Mundial de Gerontología (IAG).
Presidente del Congreso: Dr. Pedro Paulo Marín.
Presidente Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile: Dr. Salvador Sarrá.
Presiden el Simposio: Dr. Fernando Gómez y Dr. Enrique Vega.
Editor Científico: Dr. Pedro Paulo Marín.

Introducción

Este es un tema muy importante y de mucha actualidad. La experiencia que adquirí en mi período de formación en Gran Bretaña me llevó, cuando regresé a Costa Rica, hace 20 años, a averiguar cuántos casos de abusos en ancianos se denunciaban; la respuesta fue que había denuncias de niños abusados, de madres abusadas, pero no de ancianos. Por ese motivo, junto con el jefe del departamento de trabajo social, decidimos formar un comité que se preocupara de este tema. A continuación describiré mi experiencia personal y de otras personas.

En Costa Rica, la esperanza de vida ha llegado a 78,5 años, lo que se debe comparar con las cifras de países más pequeños y pobres, analizando las diferencias con la seriedad y la proporción que corresponde a las autoridades de salud y las demás autoridades del gobierno.

Consejo Nacional del Adulto Mayor

El Consejo Nacional del Adulto Mayor de Costa Rica, en el cual participo, fue instaurado mediante una ley que entró en vigencia en 1999, con el objetivo de combatir este gran flagelo que es el abuso, maltrato y abandono de los adultos mayores. Se han formado consejos regionales y locales, y se han confeccionado varios folletos dirigidos a las personas mayores y sus familias, con información acerca de sus derechos y la manera de defenderlos. La ley no va a hacer los cambios, pero es un gran paso para desarrollar una cultura que proteja a las personas.

El maltrato puede ser de diferentes grados y formas, y muchas veces está disfrazado, para hacer creer que el cuadro se debe a una enfermedad; por eso, es importante sospecharlo. En nuestro hospital se ven casos increíbles, como el de un señor muy amable y cariñoso que pedía que le devolvieran a su esposa, que estaba hospitalizada; pero, al investigar el caso, supimos que el personal no quería darla de alta porque él la maltrataba de múltiples formas; así es de fácil, para algunas personas, manipular la impresión que causan en los demás. Es más fácil diagnosticar una enfermedad y comprobarla; por ejemplo, el abuso sexual es muy difícil de certificar, salvo que se haga en el momento mismo y se realice un examen inmediato.

En el pasado asistimos a un desfile de abogados que procuraban conseguir que adultos mayores firmaran testamentos en beneficio de otros, dejándose desprotegidos a sí mismos. Esto lo hemos visto mucho en todas partes. La ley de 1999 es desconocida para mucha gente, a pesar que se ha hecho un programa permanente de divulgación y de información acerca de ella. Se han hecho cursos de capacitación para cuidadores durante 19 años, y hace 14 años se introdujo el tema del abuso. Los alumnos de pre y postgrado rotan por el Comité Interdisciplinario de seguimiento de los casos de abuso, maltrato y abandono.

Comité Interdisciplinario para casos de abuso

El comité está constituido por un médico geriatra, un psicólogo, un clínico, un abogado, un asistente social y una enfermera, y no se queda en el ámbito local, sino que forma parte de la red de seguro social, que es un sistema único de salud en Costa Rica. Justame~te ahora estamos terminando un período de 10 años de movilización, con mucho énfasis en la comunidad, con mucha apertura; hemos creado comités de seguimiento del maltrato y abuso de las personas mayores en todos los hospitales, lo que ha sido muy difícil de implementar en la práctica, porque las personas tardan en tomar conciencia y sensibilizarse.

El Consejo Nacional del Adulto Mayor ha implementado consejos regionales y locales, con las municipalidades, por intermedio del Seguro Social, y está participando con toda la red de las universidades públicas, cuyas trabajadoras sociales ya han sido capacitadas, con mucho éxito, en algunas partes. Estas personas no dan abasto, porque están destinadas a otra función. Para resolver esta situación, se llegó a un acuerdo con la Federación de Hogares para Ancianos para que ellos manejen cierto número de camas flotantes, que nos permitan maniobrar, en ciertas áreas del país, con el fin de internar y aislar a estos pacientes cuando lo necesiten, mientras se resuelve el problema de fondo.

Resultados del seguimiento

La intervención del comité ha permitido hacer el seguimiento judicial de 857 casos, con aproximadamente 150 casos particulares por año. Estos casos pueden llegar a la Defensoría de los Habitantes, que recibe muchas denuncias; en el ministerio público, el Consejo Nacional del Adulto Mayor y el teléfono 911, donde se puede llamar en caso de urgencias. Esto último es más complicado, porque las personas no quieren poner sus denuncias por escrito y cuesta convencerlas de que este paso es muy necesario; muchas veces el hombre no quiere denunciar que su mujer lo maltrata, por lo vergonzoso que esto le resulta; pero en la mayoría de los casos es la mujer la afectada. El consumo de alcohol y drogas alucinógenas puede actuar como desencadenante del abuso, en algunos casos.

Constantemente se está trabajando para mejorar la red de apoyo que permita solucionar estos problemas. Estos 857 casos son los afortunados que llegaron a nosotros, pero son muchos los que todavía no saben cómo denunciar sus experiencias o no se deciden a hacerlo. El grupo de mayor edad es el que más sale maltratado y se sabe también que, en la mayoría de los casos, el causante del maltrato es un pariente cercano de la víctima..

En cuanto al tipo de maltrato, el maltrato psicológico ocupa el primer lugar. Nosotros sabemos que este problema no se puede resolver inmediatamente, porque es un tema cultural, y también sabemos que la cifra citada es la punta del témpano, como ocurre en todos los países, y que debemos combatir la situación desde muchos ángulos. Hay que tratar de utilizar la red y hacer docencia con estos casos para los estudiantes de medicina, trabajo social y enfermería, tanto en pregrado como en postgrado.

En cuanto a los factores de riesgo, los más frecuentes son los signos de negligencia, que son más fáciles de diagnosticar en el hospital, pero muy difíciles de detectar en la comunidad, porque no se puede saber quiénes reciben los medicamentos y la nutrición adecuados y quiénes sufren un deterioro franco. Lo que se hace es monitorizar en el ámbito del hospital y con visitas domiciliarias, métodos con los que actualmente controlamos a más de 900 pacientes de muchas partes del país, donde hay geriatras que trabajan en ello, en conjunto con la asistente social y la comunidad.

Un logro importante fue la inclusión del adulto mayor en el aspecto de la violencia intrafamiliar. El presidente actual es psiquiatra y está muy consciente del problema, de modo que nos ha ayudado mucho y nos ha abierto las puertas en todos los lugares a los que hemos ido. Todo esto ha exigido mucha perseverancia. Hemos participado en todos los foros a los que se nos ha invitado y hemos incitado a la discusión sobre este tema, pues creemos que tarde o temprano cualquiera de nosotros puede necesitar hacer uso de esta ley, por lo que debemos promoverla y conocerla.

Hemos invitado a personas ajenas al hospital y expertas en el tema, para que evalúen nuestra tarea en el centro. Hace poco tuvimos la visita de dos argentinos que emigraron a Costa Rica, una especialista en psicogerontología y un psicogeriatra, quienes opinaron que el seguimiento que se realiza es muy bueno, puesto que no sólo vamos al domicilio de los afectados, sino que los reubicamos y los ayudamos en la tarea judicial, lo que significa un camino largo, pero muy necesario. Esperamos seguir teniendo este tipo de realimentación de profesionales expertos en nuestro hospital. En Costa Rica tenemos un foro permanente para estudiar el abuso, pero allá se discute sólo la teoría; en cambio, nosotros nos encargamos de actuar en intervención y crisis, y de que esa actuación sea eficaz.

La demanda es gigantesca y nos falta mucho para poder atender todos los casos; la idea es que la comunidad participe al máximo, porque conoce la situación y puede evaluar mejor su magnitud. Es un tema muy apasionante, pero hay que ir más allá y trabajar fuertemente en hacer equipos multiplicadores. No es un tema nuevo, sino que viene desde hace mucho tiempo, pero no se le había dado la importancia que merece, sino que se había ocultado. Muchas veces, los adultos mayores no denuncian que algún miembro de la familia los maltrata, porque no saben a quién acudir o porque no quieren firmar con su nombre las denuncias, o por miedo a represalias.

Este es un trabajo de equipo de profesionales que se van especializando; estamos convencidos de que los consejos locales y regionales bien articulados pueden dar la respuesta, pero va a pasar tiempo para que la gente tome conciencia. Vamos por el camino correcto, pero tenemos que mostrarnos cada vez más eficaces y tener un mayor impacto. En estos siete años se han incorporado a este trabajo muchos profesionales, lo que permite hacer un seguimiento adecuado. El sistema no es perfecto, pero se acerca a lo que queremos.