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← vista completaMedicina Actual y sus Conflictos de Intereses
Discusión
Pregunta: Me llama la atención el presunto conflicto de intereses que señala el señor Correa, en el sentido de que la imagen mística del médico se contrapone con la imagen del médico que se opone a una reforma que considera injusta. Todas las encuestas que se han publicado coinciden en que la profesión médica es la segunda mejor valorada en Chile y que 70% de la gente piensa que el AUGE no va a resolver su problema de salud. No pienso que haya un conflicto de intereses, aunque quizás exista una encuesta, que desconozco, que avale esto.
E. Correa: Le recuerdo que sólo recomendé que se hiciera una encuesta de evaluación de la campaña, para percibir si existía alguna contradicción entre los médicos agremiados en torno a un objetivo tan preciso como ése y el médico que aparece como un héroe de la salud. Toda empresa que gasta en una promoción debe evaluarla con posterioridad, para ver qué impacto tiene en el prestigio médico. No hay un vínculo causal entre la imagen médica, que es positiva efectivamente, y el hecho de que el AUGE sea considerado como algo que no resuelve los problemas de salud, porque son preguntas distintas. Lo que se debe preguntar es qué ocurre, cuando se ha combinado una conducta gremial crítica al AUGE con la profesión y la reputación médica.
Pregunta: El señor. Correa tocó el tema mediático. Yo, como funcionario de Masvida y administrador de empresas, tengo una relación directa con muchos de los médicos que están presentes aquí y que son socios. He trabajado en marketing por muchos años y pienso que es muy importante lo que usted dijo en términos mediáticos, porque así como se les exige a nuestros médicos chilenos especializarse, trabajar con la salud de los seres humanos, lo mínimo que se debería exigir a los periodistas que participan en los reportajes que se transmiten en los canales de televisión, es que tengan al menos una especialización relacionada con la medicina, porque de lo contrario se desvirtúa la información que llega a la gente y se deteriora la imagen de la medicina, produciendo un desgano en los futuros médicos chilenos.
E. Correa: Estoy de acuerdo en que los medios van a tener que especializar más a sus periodistas. Efectivamente, es tan importante la función médica y despierta tanta atención, sobre todo en cuanto a los éxitos, que los medios han trasladado periodistas del área política al área médica. No tengo la impresión de que en los medios escritos haya un conocimiento cabal de las complejidades de la reforma de salud; sin embargo, creo que la televisión ha hecho un avance interesante en esta materia.
Pregunta: Pienso que el problema principal de los médicos con la prensa es que existe un cerrojo, puesto por las empresas de salud privada y el gobierno, que impide que los argumentos médicos reales sean expuestos a la población. Por ejemplo, nadie le ha dicho a la gente que la pérdida de la libertad de elección significa una pérdida en la seguridad de la atención, lo que es grave. Creo que es el principal problema de prensa.
E. Correa: No estoy de acuerdo. Creo que los problemas que un gremio o una actividad o institución tienen con la prensa no se originan en ella, aunque sea ella la que los desarrolle y explote. No creo que la opinión médica entregada por intermedio de la prensa tenga poca repercusión en la opinión pública, dado el grado de aceptación de que goza esta profesión. Lo que creo que está ocurriendo es que el interés mediático se está desplazando cada vez más desde las instituciones al ciudadano, al caso individual, y es una nueva prueba para la profesión médica. Atribuir esto al gobierno o a alguna conspiración no es una buena forma de enfrentar los problemas con la prensa. En general, cuando alguien pregunta sobre algún tipo de crisis o dificultad comunicacional, nosotros partimos diciéndole que descarte la hipótesis de la conspiración de la prensa y que trate de buscar el origen y de determinar adónde debe ir para resolverlo.
Pregunta: Don Enrique Correa, con la suspicacia de un clínico y la habilidad de un cirujano, no sólo ha puesto el dedo en la llaga, sino también, el bisturí en el absceso. Esto no es nuevo, puesto que Molière, en el siglo XVIII, en una de sus obras dice que había un grupo de hombres y, como hablaban de dinero, supuso que eran médicos. El primer médico enjuiciado en Chile fue el Dr. Lucas Sierra, cirujano, a quien en 1923 la prensa le endosó la posibilidad de un crimen, ya que apareció un cadáver seccionado de manera muy anatómica en las cajas de agua, donde lo mató Rosa Faúndez.
Pero quiero preguntar al señor Correa su opinión sobre un punto fundamental: la ética, que es la mejor defensa que pueden tener los médicos, ya que ellos siempre tuvieron un alto nivel con respecto a este valor y, si fueron respetados, fue por esto. Cuando el avance técnico y científico floreció por todas partes, los médicos se entusiasmaron con eso, olvidando que la ciencia y la técnica han generado grandes armas, pero también pueden facilitar la iatrogenia. Por eso, a la prensa hay que encararla siempre con un escudo ético: el médico que actúa con ética y hace todo en beneficio del paciente tiene la mejor defensa para hacer frente a la prensa, diciendo las cosas con verdad y en el idioma más simple posible.
E. Correa: Usted lo ha dicho muy bien. Quiero referirme a dos temas relacionados con la ética. Ustedes ejercen la profesión médica en un momento muy especial del país, en el que convive en cada persona una ambivalencia de sentimientos: un optimismo a veces frenético ante las expectativas que ofrecen los medios y un temor, que llega al pánico, frente al infortunio, a la pérdida del trabajo y a la enfermedad catastrófica.
Esta ambivalencia es el origen de una ambigüedad en las encuestas, las que demuestran, por un lado, bastante optimismo con respecto a lo que va a ocurrir en el terreno económico, pero a la vez mucha infelicidad, angustia y depresión. El infortunio que más se teme es la enfermedad catastrófica sin solución: no hay dinero para resolverla, es el fin de una vida. En un país con nuestra modernidad siguen siendo frecuentes las colectas, y el contacto con ese temor, por parte del médico, es un tema muy delicado. Toda profesión debe ser pagada siempre, porque es lo que corresponde, pero éste es un tema muy delicado, porque está relacionado con temores grandes de la gente. Es una obligación pública, con un estado de ánimo en que se combinan las expectativas y el infortunio. Aparecer como lucrando con el infortunio es fatal.
Un segundo punto es que cuanto más moderna es una sociedad, menos se resigna la gente al sufrimiento, que resulta más intolerable e inexplicable. Entonces la comprensión, la cercanía profesional y humana al sufrimiento, el modo de convertir esto en un vínculo de intimidad, creo que se corresponde con una obligación ética de mucha envergadura.
Pregunta: En la televisión y en los diarios aparecen, con mucha publicidad, denuncias sobre supuestas negligencias médicas, la mayoría de las cuales se comprueba, a la larga, que no son tales; sin embargo, nunca más vuelve a aparecer la noticia en los mismos medios. Desde el punto de vista de la ética periodística, qué opinión tiene al respecto, y desde el punto de vista médico, cuál es la forma correcta de proceder en esos casos, porque la imagen del médico se destruyó con la noticia.
E. Correa: Ese es un tema muy duro e inevitable. Está claro que el titular que denuncia tiene una fuerza mayor que las noticias sucesivas en las cuales se desmiente el asunto. Esta es la llamada “condena mediática”, que la sufren mucho los políticos, como por ejemplo el caso Spiniak y el MOP Gate. Es imposible que una actividad, un gremio, una empresa, se proteja contra todos los riesgos comunicacionales, pero pienso que es necesario elegir un par: uno letal, es la negligencia médica.
Sobre este punto, se requiere un trabajo muy bien construido de respuesta, de ingreso en la polémica, de uso en la televisión. Pienso que es necesario pensar en algunos de los hechos mencionados por el presidente de la asociación, en cuanto a limitar las expectativas económicas, a pensar en compensaciones si es que la denuncia resulta falsa, más allá de lo que existe en el derecho, que es una contraquerella, legislar sobre el punto. Pero si hay que elegir algún tema para tener una reacción comunicacional rápida, es la negligencia médica; si no, el efecto va a ser inevitable y fatal.
Pregunta: Sobre el tema de la libertad de elección, no hay que olvidar que en Chile casi 80% de la población carece de esta libertad, ya que está adscrita a sistemas en redes, y yo los llamaría a recordar que los resultados han sido buenos, pues Chile tiene indicadores promedios bastante buenos. Respecto a la prensa, nosotros tuvimos la misma reflexión que el colega de Masvida y hace un par de años hicimos un diplomado para enseñarles salud a los periodistas. El problema está en que habría que enseñarles judicialización, etc., y la realidad laboral de los periodistas es la movilidad de un sector a otro.
Lo que más me preocuparía, en relación con la prensa, es otro aspecto, relacionado con las finanzas públicas y privadas de Chile. Los efectos de mostrar los adelantos tecnológicos producen una gran presión sobre el sistema y esto debiera estar considerado en los diseños futuros de política. Pienso que ninguno de los médicos de acá puede decirle a un paciente que no se haga un trasplante hepático, después de que el Hospital Universitario de la Universidad de Chile ha mostrado con lujo de detalles los éxitos, sin hablar mucho de los costos, lo que hace que el público ejerza una presión masiva que la sociedad debe pagar con impuestos o cotizaciones.
Para concluir, Bernard Shaw señalaba que una de las razones por las cuales la sociedad británica estaba desesperanzada era porque le pagaba a los médicos por cortar piernas, como le pagaba a los panaderos por hacer pan. Quizás ese desafío que dejó Shaw se combate sólo con la transparencia, que ha quedado como mensaje para que lo transmitamos.
Medwave. Año 4, No. 10, Edición Noviembre 2004. Derechos Reservados.
