Congresos

← vista completa

Prevención de la obesidad

Prevention of obesity

Resumen

Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del XIV Congreso Chileno de Nutrición, realizado en Viña del Mar entre los días 24 al 27 de noviembre de 2004. El evento fue organizado por la Sociedad Chilena de Nutrición, Bromatología y Toxicología.
Presidente: MSc. Juan Ilabaca.
Edición Científica: Dr. Francisco Mardones Santander.

Epidemiología

Para entender el tema de la obesidad, es preciso conocer los cambios que ha experimentado Chile desde el punto de vista epidemiológico.

En 1970, 30% de las muertes eran secundarias a enfermedades cardiovasculares; un porcentaje bastante menor era por cáncer; otras causas con una menor frecuencia eran los accidentes, las enfermedades respiratorias, sobre todo en niños, siendo un grupo no despreciable de las causas de muerte las enfermedades infecciosas y parasitarias, junto con las perinatales.

En cambio, en el año 2000, los principales problemas de salud son los cardiovasculares y los cánceres, que suman más de un 50% del total de las muertes, bajando a un porcentaje muy bajo las producidas por infecciones, parásitos y causas perinatales. Las enfermedades respiratorias todavía son importantes como causa de muerte, pero ahora en ancianos, que a pesar de tener una importante patología de base (cardiovascular o cáncer), fallecen de neumonía, que queda consignada como causa de muerte.

Por lo tanto, ha habido cambios profundos y muy importantes en el perfil epidemiológico de la población chilena. La tasa de mortalidad general y las tasas por cardiovasculares y cáncer han disminuido, pero las de diabetes, cáncer de mama, próstata y vesícula, todas enfermedades asociadas con la dieta, han aumentado progresivamente en cada década. Por ejemplo, entre 1970 y 2000, el cáncer vesicular, así como el de próstata, prácticamente se triplicaron; el cáncer de mama casi se duplicó; y la diabetes aumentó de manera muy importante como causa de muerte en nuestra población. Está demostrado que todas estas enfermedades tienen una estrecha relación con la dieta.

Otro aspecto muy interesante, es el aumento progresivo del consumo de grasa en la dieta, como porcentaje del total de calorías ingeridas; en 2000 está sobre 27% y va subiendo con rapidez, por lo que es muy probable que llegue a 30% en muy poco tiempo más.

En cuanto al consumo de frutas, la Encuesta de Calidad de Vida, que se realizó el año 2000, demostró que sólo el 40% de los hombres y un 53% de las mujeres comen fruta todos los días (en general una fruta al día). El porcentaje es mucho menor en los niveles socioeconómico bajos; en los grupos sin educación o con educación básica, la población que consume frutas todos los días no llega a 40%.

El sedentarismo es otro problema muy grave en nuestra población. Las encuestas de los últimos años muestran que un 73% de la población no hace ningún tipo de actividad física; un 18% realiza actividad física una o dos veces por semana, que son los que juegan fútbol o salen a pasear el fin de semana; y sólo un 9% hace ejercicio, durante 30 minutos, a lo menos 3 veces por semana. La última Encuesta Nacional de Salud 2003, cuyos resultados se publicaron en mayo del 2004, revela que prácticamente el 90% de la población es sedentaria, situación que aumenta con la edad y es mayor en las mujeres que en los hombres.

La razón de este fenómeno es muy simple: Chile se desarrolló desde el año 70, en especial en la década del 90, en que duplicó su ingreso per cápita, desarrollo que continúa en la década de 2000. De este modo, el número de vehículos aumentó de 300.000, en el censo del 70, a más de 2.000.000 en el censo del 2000. En 2004 se vendieron 124.000 automóviles, cifra que batió un récord, ya que normalmente se venden 100.000 y es muy probable que se llegue a 130.000 vehículos por año, los cuales se van acumulando, porque en Chile no existen cementerios de autos, por lo cual, se reciclan hacia sectores socioeconómico medio, bajos y de provincias, de modo que la población con menores ingresos también puede adquirir vehículos y está dejando de caminar.

El número de televisores es muy alto en Chile y no discrimina por nivel socioeconómico, por lo que fue retirado de la encuesta CASEN (Caracterización Socioeconómica Nacional) desde 1994, porque el tipo y número de televisores era incluso mayor en algunos sectores de nivel socioeconómico bajos. El número de horas frente a la televisión de la mayoría de los chilenos es de 2 a 3 horas diarias de lunes a viernes, aumentando a 4 a 5 horas diarias los fines de semana.

Por otra parte, las horas de permanencia en el trabajo son en promedio 50,6 horas semanales en la Región Metropolitana, en la cual el tiempo para llegar al trabajo oscila entre 1 y 3 horas al día, lo cual, más las 2 a 3 horas diarias frente al televisor, suman casi 16 horas ocupadas en labores absolutamente sedentarias. Esto explica el hecho de que Chile esté considerado actualmente como uno de los países más sedentarios del mundo.

Como consecuencia de la dieta inadecuada y de una actividad física insuficiente, los niveles de obesidad han aumentado en forma alarmante en Chile. La Encuesta Nacional de Salud 2003 muestra que 22% de la población es obesa, es decir, tiene un índice de masa corporal (IMC) mayor de 30; 38% de la población tiene sobrepeso y 1,3% tiene obesidad mórbida, lo que en total suma 61,3%. La obesidad mórbida es mayor en las mujeres que en los hombres; de hecho, 75% de las cirugías bariátricas son realizadas en mujeres.

Por lo tanto, en Chile existe un 61,3% de población con sobrepeso u obesidad, de modo que estamos llegando a cifras similares a las de los Estados Unidos, cuyo porcentaje es 65%, a pesar de que Chile es un país con menos desarrollo y tiene un ingreso per cápita que es la séptima parte del ingreso per cápita del país del norte.

Promoción de salud

Los factores condicionantes de las enfermedades crónicas no transmisibles son muy importantes y se han incrementado en el último tiempo, como quedó demostrado en la Encuesta Nacional de Salud 2003. La hipertensión está presente en el 33,7% de las personas; un 35,4% de la población tiene el colesterol elevado; 23,2% es obesa y un 42% de la población fuma. El riesgo cardiovascular, de acuerdo al indicador compuesto de los principales factores de riesgo que se usó en esta encuesta, es de un 55%: el 90% de los hombres y 50% de las mujeres mayores de 45 años está en riesgo cardiovascular, y los mayores de 65 años tienen sobre 80% de riesgo cardiovascular en ambos sexos; por lo tanto, el riesgo cardiovascular en este país es muy elevado.

Frente a esto, se deben crear Políticas de Estado. Una de ellas es la promoción de salud que se realiza a través de Vida Chile, un consejo que agrupa 28 instituciones públicas y privadas, cubre 310 de los 347 municipios del país y toma en consideración cinco temas prioritarios: alimentación y nutrición; actividad física; tabaco; factores psicosociales y ambientales. Se trabaja en espacios educacionales, como jardines infantiles, escuelas, universidades; en lugares de trabajo y en comunas.

La política de promoción se ha venido implementando desde 1998 y el año 2000 se establecieron como metas para el año 2010, reducir la prevalencia de obesidad en los preescolares de 10 a 7%, en los escolares que ingresan a 1° básico de 16 a 12% y en las embarazadas, de 32 a 28%. Además, se propone disminuir el sedentarismo, el tabaquismo y aumentar la participación de la población en organizaciones sociales.

Para cumplir con estas metas, Vida Chile diseñó una estructura compuesta por un Consejo Nacional, que tiene el Plan Nacional de Promoción de Salud; planes regionales en 13 regiones del país, comités comunales y planes comunales, en 320 de las 347 comunas del país. Esto funciona muy bien en las comunas pequeñas, pero las 310 comunas donde está VIDA CHILE cubren sólo 3.000.000 de habitantes; los 12 millones restantes están en las grandes comunas de la Región Metropolitana, Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Temuco, donde las políticas y programas de Promoción funcionan sólo parcialmente y no siempre existen acciones comunicacionales. A pesar de todo, la cobertura de los programas ha mejorado mucho en escolares y adultos, mientras que en adultos mayores se ha mantenido estable.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de sucesivos documentos, ha establecido políticas muy claras frente al tema de la obesidad. Primero, en 1997consideró que era una enfermedad y después comenzó a desarrollar estrategias sobre cómo enfrentarla.

El documento más conocido es Diet, Nutrition and the Prevention of Chronic Diseases de 2003, que establece evidencia convincente, probable y posible, sobre el riesgo de la enfermedad obesidad.

  • La OMS determina como evidencia convincente, que el riesgo de la obesidad disminuye con la actividad física regular y la alta ingesta diaria de fibra dietaria y aumenta con los estilos de vida sedentarios y la ingesta alta de alimentos pobres en micronutrientes y densos en energía.
  • Dentro de la evidencia probable, que no está 100% confirmada, se encuentra que los ambientes en el hogar y en el colegio que apoyan las opciones de alimentos sanos en los niños disminuyen el riesgo, al igual que la lactancia materna, mientras que el consumo de comida rápida, alimentos densos en energía, bebidas gaseosas y jugos de fruta con azúcar aumentan el riesgo, al igual que las condiciones socioeconómicas adversas.

Frente a esto, una de las estrategias más importantes es la educación en alimentación. Las guías alimentarias han significado un gran aporte para establecer un lenguaje común, que permita entregar mensajes claros y precisos. En este momento se está revisando y confeccionando la Guía de Vida Sana, que reúne varios mensajes sobre la alimentación, dirigidos a la población, adecuados a la época actual y relacionados con las recomendaciones de la OMS y de la Organización Panamericana de la Salud, junto a mensajes sobre actividad física, tabaco y entorno psicosocial y ambiental, porque en la actualidad todos estos elementos están integrados y no se puede hablar de una alimentación adecuada sin considerar el tema de la actividad física, lo psicosocial y aspectos del comportamiento.

Uno de los proyectos más importantes, que se desarrolló en las escuelas, en conjunto con la FAO y a cargo de Sonia Olivares, del INTA, es la elaboración de material educativo para capacitar a los profesores y alumnos de tercero a octavo básico. Esto se está introduciendo de manera gradual, a través de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), y el objetivo es que se incorporen a los programas curriculares del Ministerio de Educación.

Con respecto al tema de la actividad física, se elaboraron las Guías de Vida Activa, constituidas por 6 mensajes muy simples:

  • caminar a lo menos 30 minutos al día;
  • realizar ejercicios de estiramiento;
  • recrearse, ojalá de manera activa, haciendo ejercicio;
  • realizar pausas activas en el trabajo,
  • realizar, como ideal, 30 minutos de ejercicio físico más intenso, por lo menos tres veces a la semana, adecuando su intensidad al ritmo personal.

Si bien estas estrategias están en desarrollo, ojalá existiese en Chile una política más agresiva respecto a la obesidad, cuyas consecuencias pueden ser muy graves. Por ejemplo, hoy existen mínimas regulaciones sobre la publicidad de los alimentos y la restricción al consumo de alimentos poco saludables en las escuelas, apoyo a las actividades de educación física en los establecimientos educacionales o control del hábito de fumar, elementos que deben ir mejorando con el tiempo.