Introducción
El contacto con metales y metaloides medidos en desechos mineros es un problema de salud pública para las comunidades que viven cerca de estos. La comuna de Chañaral (Región de Atacama) tiene una historia minera desde principios del siglo XIX. El relave generado en su bahía por el acumulo de desechos por 40 años posee altos niveles de cobre, arsénico y níquel (Dold B., 2004), con impacto en el medio ambiente, flora, fauna y salud de la población (Mesias S., 2017).
Objetivos
Establecer la relación entre presencia de metales en los polvos de las calles, biomarcadores de exposición, estilos de vida y nivel socioeconómico (NSE) como insumo para establecer sistemas de vigilancia integrales
Método
Estudio epidemiológico corte transversal en muestra representativa de la población entre 18 y 65 años (n= 159). Cada participante entregó muestra de orina para medir arsénico total (As), arsénico inorgánico y sus metabolitos (Asi+m), cobre (Cu), cromo (Cr), níquel (Ni), mercurio (Hg) y plomo (Pb). Se usaron cuestionarios validados (Cortés, 2016) para recolectar información del edad, sexo, estado de salud, residencia, ocupación y fuentes de exposición a metales. El nivel socioeconómico (NSE) se estableció a partir del Censo. Se tomaron 66 muestras de polvo de calle frente a los domicilios, con una grilla regular de 0,04 km2 por celda, usando metodologías validadas (Carkovic, 2016). Las muestras procesadas de polvo de calles fueron analizadas en la Comisión Chilena de Energía Nuclear con espectrometría de masas acoplada a plasma para determinar As, Cu, Ni y Pb. En el mismo laboratorio se midieron las muestras de orina. El protocolo fue aprobado por Comité de Ética UC.
Principales Resultados
Los participantes tuvieron 54,8 ± 11,4 años (media ± D.E), predominio de bajo NSE (pobreza multimensional), alto tabaquismo en personas de alto NSE vs. NSE bajo (72,7% vs 45%). No se identificaron diferencias por NSE sobre ocupaciones con contacto a metales (12,1% vs. 5%), prevalencias de síntomas respiratorios (48,5% vs. 45,0%) u otras alteraciones respiratorias crónicas (6,1% vs. 2,5%). Las concentraciones de metales en el polvo de calle (media ± D.E.) para As y Cu fueron de 24 ± 13 y 607 ± 911 mg/kg, sin diferencias por NSE. Hubo alta correlación entre niveles de As en polvo de la calle y la distancia al relave (valor p= 0,009), mostrando que el As se dispersa desde el relave hacia la ciudad. Los niveles promedio de Pb y Ni en suelo fueron mayores en las áreas donde viven personas de bajo NSE vs. alto NSE (75,9 mg/Kg vs. 37,2% y 13,4 vs. 12,7%), concentrándose en la periferia de la ciudad. El 90% de la población tenía concentraciones de Asi+m en la orina por debajo de 33,2 µg/L, no se detectó Pb en ninguna muestra de orina. No se identificaron diferencias según NSE. No hubo asociación significativa entre niveles de Asi+m en orina y NSE, ajustado por edad, consumo de cigarrillos, distancia al relave; sólo el consumo de pescados y mariscos mostraron asociación con de Asi+m.
Conclusiones
Existen diferencias en las exposiciones ambientales según NSE, sin asociarse con niveles urinarios de metales. Sin embargo, existen áreas con altos valores de metales en polvo y bajo NSE, obligando a su vigilancia. Futuras evaluaciones y estrategias de control deben considerar la medición de metales en suelo, en orina y NSE de las personas, usando mediciones validadas y de bajo costo. Esto mejorará el entorno de las personas en función del desarrollo urbano sustentable necesario en áreas vinculadas a la minería.
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