Revisión clínica

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El uso de probióticos en algunas enfermedades gastrointestinales

The use of probiotics in gastrointestinal diseases

Resumen

Los probióticos incluyen bacterias muy distintas entre sí: algunas son Gram(+) y otras Gram(-); algunas se adhieren a la mucosa y otras habitan en el lumen. Por esta razón, sus acciones son muy distintas y no es posible extrapolar el beneficio de una cepa en particular a otra. Existen múltiples probióticos disponibles. Sin embargo, son pocos los que verdaderamente han demostrado un beneficio claro en la salud humana. En este artículo se describen las dificultades y posibilidades de los estudios realizados acerca de los efectos de los probióticos en diversas afecciones gastrointestinales, analizando la posibilidad de indicación de estos productos en ellas.

Introducción

La Organización Mundial de Gastroenterología define los probióticos como microorganismos vivos que al administrarse en cantidades adecuadas confieren un beneficio a la salud del huésped1. Siendo estrictos en la aplicación de esta definición, la mayoría de aquello que se promociona como probióticos no lo es: muchos corresponden a lisis de bacterias (y no bacterias vivas), muchas veces los microorganismos no vienen en cantidades adecuadas, o simplemente no existen estudios científicos que hayan demostrado beneficio en la salud de humanos. En general corresponden a bacterias, la mayoría de las veces habitantes del tracto gastrointestinal humano, aunque también se han utilizado hongos como Sacaromyces boulardii. Los lactobacilos y las bifidobacterias han sido las más utilizadas. Su utilización ha aumentado en los últimos años. Una revisión sistemática reciente mostró que se han probado probióticos en 68 condiciones clínicas, aunque no en todas ellas se ha demostrado un beneficio2

Desarrollo

Acciones de los probióticos

Los probióticos incluyen bacterias muy distintas entre sí, algunas son Gram(+) y otras Gram(-). Algunas se adhieren a la mucosa y otras habitan en el lumen. Por esta razón, sus acciones son muy distintas y no es posible extrapolar el beneficio de una cepa en particular a otra1. Se han descrito múltiples efectos de estos microorganismos (Tabla 1): las bacterias en el colon pueden producir distintas cantidades y tipos de gases tras su metabolización de hidratos de carbono. Pueden además inactivar sales biliares mediante conjugación, disminuyendo su efecto colerético. Algunas son capaces de producir ácidos grasos de cadena corta, que estimulan el peristaltismo y el tránsito intestinal. Las bacterias que se adhieren a la mucosa del intestino evitan que otras bacterias (potencialmente deletéreas) lo hagan. Por ejemplo, Sacromyces boulardii puede clivar la toxina de Clostridium difficile. Así, muchos probióticos han mostrado un efecto antiinflamatorio en modelos de colitis. Dados los diversos efectos, hay cepas que son potencialmente útiles en la modulación del gas, otras en disminución de la diarrea, otras en mejoría de la constipación. 

 
 Tabla 1: Efectos evidenciados de los probióticos en general. Notar que no existe ningún microorganismo capaz de producir todos estos efectos a la vez.

Probióticos y síndrome de intestino irritable (SII)

Si bien existen múltiples estudios realizados, la gran mayoría no son óptimos desde el punto de vista metodológico, siendo el pequeño tamaño de la muestra y la falta de un grupo de control los problemas más frecuentes. Esto último es especialmente importante en una enfermedad con una alta tasa de respuesta de tipo placebo. Así, por ejemplo, Flosh y colaboradores sólo encontraron 8 trabajos válidos en una revisión sistemática de 30 años de bibliografía3.

De los ocho trabajos mencionados, en tres se utilizó el probiótico Bifidobacterium infantis 35624. En todos los trabajos hubo un beneficio en los pacientes con SII. O’Mahony y colaboradores evaluaron este probiótico en 75 pacientes con SII, comparándolo con Lactobacillus salivarius UCC4331 y leche placebo (bacterias inactivadas por calor). Se demostró una mejoría significativa en los scores de dolor abdominal y distensión, teniendo un efecto discreto sobre las deposiciones4. Whorwell y colaboradores realizaron un estudio multicéntrico, con un total de 262 pacientes con SII, comparando tres distintas dosis de Bifidobacterium infantis 35624 y placebo. Se observó una disminución significativa de los scores de síntomas, obteniendo alivio adecuado en un 60% (versus 40% en placebo), con un número necesario de tratar (NNT) de 55. Es así como en la revisión técnica del uso de probióticos en SII publicada en Am J. Gastroenterology en 2009, se sostiene que “Bifidobacterium infantis 35624 ha mostrado eficacia en la mejoría de síntomas de SII”6, estipulándose además que no existe evidencia suficiente para sugerir el uso de otros probióticos. Lamentablemente, este probiótico aún no se encuentra disponible en Chile. 

Probióticos y estreñimiento

Se ha demostrado beneficio del uso de Lactobacillus casei shirota en constipación7. Sin embargo, este producto no se encuentra disponible en Chile. Existen varios estudios sobre el uso de Bifidobacterium animalis DN 173010 (cepa presente en una marca de yogurt y productos lácteos disponibles en Chile), en las que se ha demostrado beneficio en el síntoma constipación. En el 2007 se publicó un estudio en 267 pacientes con SII de tipo constipación con el uso de este probiótico diariamente por tres semanas. En el análisis global no hubo mejoría en los síntomas digestivos al compararlos con placebo. Sin embargo en el subgrupo de pacientes que basalmente tenían menos de tres deposiciones a la semana, Bifidobacterium animalis DN 173010 mostró una clara mejoría en el tránsito intestinal (aumento del número de deposiciones al doble), con disminución de la distensión abdominal y el disconfort, sin mayor efecto sobre el dolor8. Parece ser entonces, que todos los efectos son mediados por una mejoría en el tránsito intestinal. 

Conclusiones

Existen múltiples probióticos disponibles. Sin embargo, son pocos los que verdaderamente han demostrado un beneficio claro en la salud humana. Respecto a los síntomas y enfermedades digestivas, Bifidobacterium infantis 35624 ha mostrado un beneficio sobre los síntomas de SII, independientemente de un efecto sobre el tránsito intestinal. Bifidobacterium animalis DN 173010 ha mostrado un beneficio en mejorar el tránsito intestinal (y secundariamente otros síntomas) entre las pacientes con menos de tres deposiciones a la semana. Cabe destacar que se han reportado efectos adversos con el uso de los probióticos, pero en el contexto de pacientes críticos o inmunodeprimidos. Se requiere aún mayor información para poder aumentar las indicaciones de estos productos.